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miércoles, 21 de mayo de 2014

Revisión de los tres meses





















Por Naomí / Imagen Archivo personal
Y llego nuevamente la revisión cada tres meses. Como siempre me acompañó mi mamá, pero esta vez fue diferente. Los nervios no se apoderaron de mí, después de la consulta no me tiritaron las piernas ni las sentí de lana, no me dolió la cabeza… simplemente salí igual a como entre. Incluso al llegar a la clínica se me había olvidado cuál era el piso de oncología.
Me mandaron a hacer los exámenes de rigor, muestras de sangre y un nuevo PET Scan (tengo hora pedida para este viernes, pero ese examen si me produce dolor de guata y nervios… prueba aún no superada)
Aproveche la tarde y como me tocaba heparinizar mi catéter también lo hice. Siempre con mi frasquito de agua bendita en la mano (como en el primer día ya que es mi muletilla para la buena suerte) y me pincharon. La Nati tiene manito de ángel así que no sentí nada más que el “pinchacito”.
Esta vez me sentí grande. Llegue a la clínica sin nervios y salí contenta, tranquila, sólo fue una rutina la cual tenía un poco guardada en el cajón.
Gracias por la vida, gracias por la fuerza, gracias por la energía, gracias por ser cada día más grande, gracias por olvidar el “dolor”, gracias por dejarme respirar en paz.

Bendiciones para ti lector… POR QUE TODOS PODEMOS!