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Dormir
bien es tan esencial y positivo para el organismo como llevar una buena
alimentación o practicar actividad física regularmente. Un sueño reponedor
permite cumplir de mejor forma con las exigencias diarias, pero también ayuda a
controlar el estrés y a mantener un estado de ánimo equilibrado.
Aun cuando el ritmo de la rutina es muy agitado, los espacios de descansos son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas y mantenerse activos durante cada jornada.
Al dormir, se alcanza un estado de reposo en el que se suspenden todos los sentidos y los movimientos. Esta calma corporal y descanso mental permite recobrar energías y vitalidad para el día siguiente. No hacerlo o hacerlo de manera incorrecta, puede llegar a afectar la salud física y mental de distintas formas.
Los beneficios un sueño reparador
Un buen descanso implica dormir las horas necesarias (entre 7 y 8) y alcanzar un sueño profundo en este periodo, lo que se logra adquiriendo ciertos hábitos, tales como establecer una hora fija de sueño, evitar comer alimentos pesados en la noche y preferir la lectura antes de la televisión al momento de ir a la cama.
Algunas razones para dormir bien:
Se regeneran y oxigenan las células.
Al dormir, nuestra piel descansa y las células se regeneran y oxigenan con mayor facilidad. Específicamente en los ojos, la Rodopsina (pigmento sensible a la luz) logra renovarse recuperando el esfuerzo realizado durante el día.
Ayuda a mantener un peso adecuado.
Cuando el cuerpo no descansa lo suficiente, presenta una tendencia a acumular grasas y es más difícil quemarlas. Un cuerpo descansado ayuda a mantener el peso o incluso a perderlo más fácilmente, ya que cuando dormimos poco producimos mayor cantidad de hormona Ghrelina, que aumenta el apetito.
Favorece el control de enfermedades como la hipertensión y diabetes.
Cuando no descansamos lo suficiente corremos el riesgo de aumentar nuestra tensión arterial, haciendo más alta la probabilidad de contraer hipertensión y/o diabetes por el incremento de producción de Cortisol.
Cuida el corazón.
Durante el sueño también disminuye la frecuencia cardíaca para que las células coronarias y los tejidos puedan repararse. En este momento nuestro organismo libera la melatonina y la hormona del crecimiento para desarrollar estas tareas.
Mejora la capacidad de intelecto.
El descanso es fundamental para mejorar nuestra actividad intelectual. El cerebro necesita varias horas de desconexión para procesar toda la información acumulada durante el día.
Incentiva la coordinación física.
Una actividad psicomotriz no puede ejecutarse si el cerebro no está descansado. Si vamos a conducir o a realizar un trabajo que implique riesgos, el descanso no sólo es aconsejable, sino que imprescindible.
Cómo se manifiesta un mal descanso
La falta de un sueño reparador puede afectar al organismo de diversas formas, algunas de las que pueden percibirse más frecuentemente son:
- Dificultad de la visión.
- Hipersensibilidad a los estímulos de luz.
- Reducción de la capacidad de lectura y de la concentración.
- Sensación de cansancio constante.
- Problemas gástricos.
- Falta de energías.
- Mal humor e irritabilidad.
Aun cuando el ritmo de la rutina es muy agitado, los espacios de descansos son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas y mantenerse activos durante cada jornada.
Al dormir, se alcanza un estado de reposo en el que se suspenden todos los sentidos y los movimientos. Esta calma corporal y descanso mental permite recobrar energías y vitalidad para el día siguiente. No hacerlo o hacerlo de manera incorrecta, puede llegar a afectar la salud física y mental de distintas formas.
Los beneficios un sueño reparador
Un buen descanso implica dormir las horas necesarias (entre 7 y 8) y alcanzar un sueño profundo en este periodo, lo que se logra adquiriendo ciertos hábitos, tales como establecer una hora fija de sueño, evitar comer alimentos pesados en la noche y preferir la lectura antes de la televisión al momento de ir a la cama.
Algunas razones para dormir bien:
Se regeneran y oxigenan las células.
Al dormir, nuestra piel descansa y las células se regeneran y oxigenan con mayor facilidad. Específicamente en los ojos, la Rodopsina (pigmento sensible a la luz) logra renovarse recuperando el esfuerzo realizado durante el día.
Ayuda a mantener un peso adecuado.
Cuando el cuerpo no descansa lo suficiente, presenta una tendencia a acumular grasas y es más difícil quemarlas. Un cuerpo descansado ayuda a mantener el peso o incluso a perderlo más fácilmente, ya que cuando dormimos poco producimos mayor cantidad de hormona Ghrelina, que aumenta el apetito.
Favorece el control de enfermedades como la hipertensión y diabetes.
Cuando no descansamos lo suficiente corremos el riesgo de aumentar nuestra tensión arterial, haciendo más alta la probabilidad de contraer hipertensión y/o diabetes por el incremento de producción de Cortisol.
Cuida el corazón.
Durante el sueño también disminuye la frecuencia cardíaca para que las células coronarias y los tejidos puedan repararse. En este momento nuestro organismo libera la melatonina y la hormona del crecimiento para desarrollar estas tareas.
Mejora la capacidad de intelecto.
El descanso es fundamental para mejorar nuestra actividad intelectual. El cerebro necesita varias horas de desconexión para procesar toda la información acumulada durante el día.
Incentiva la coordinación física.
Una actividad psicomotriz no puede ejecutarse si el cerebro no está descansado. Si vamos a conducir o a realizar un trabajo que implique riesgos, el descanso no sólo es aconsejable, sino que imprescindible.
Cómo se manifiesta un mal descanso
La falta de un sueño reparador puede afectar al organismo de diversas formas, algunas de las que pueden percibirse más frecuentemente son:
- Dificultad de la visión.
- Hipersensibilidad a los estímulos de luz.
- Reducción de la capacidad de lectura y de la concentración.
- Sensación de cansancio constante.
- Problemas gástricos.
- Falta de energías.
- Mal humor e irritabilidad.