Por Naomí / Imagen www.google.com
Ayer conversando con mis amigas hablamos de llegar a un
punto clave y crítico de la vida (en mi caso personal fue e cáncer) de llegar
al borde del abismo. Cuando te sientes parada sobre esa delgada línea entre
dejarte llevar por el viento e irte hacia adelante al precipicio o bien
mantener un equilibrio “zen” para ganarle a la adversidad, para ganarle a la
fuerza de gravedad.
El tener dos opciones y ser asertivo en la toma de decisiones.
Yo escogí el equilibrio. Por más difícil que éste fuera,
luche, pelee y combatí para que el viento no me llevara. Extendí mis brazos como
si fueran alas para sentir el equilibrio, miré hacia arriba para enfrentar el
equilibrio, me deje iluminar, recibí todas las cargas, las emociones, me abrí
al mundo para poder mantenerme en pie. Saque fuerzas que desconocía habitaban
en mí.
Y acá estoy paradita aún. Sin bajar los brazos, sin dejar
de mirar hacia arriba, ni por un instante dejo de respirar. Cada pestañeo tiende
a moverme hacia un lado y otro pero si mantengo mi foco y me concentro logro
llegar de regreso a mi equilibrio.
Y tú, has estado en esa delgada línea entre la tierra y el abismo?