Por Naomí / Imagen Archivo Personal
Hoy me fui a hacer kinesiología ya que los dolores de mi
espalda han estado bastante insoportables. Lo que me recomendó el traumatólogo
son diez sesiones las cuales pueden que terminen siendo algunas más de 10.
Me encantó el kinesiólogo que me recomendó mi amiga
Mariana. Un cabro joven que además está estudiante quiropraxia. Cuando le conté
sobre mi cáncer, él me comento que tiene un abuelo con cáncer de pulmón, y creo
que ese tema en común de alguna manera nos hizo sentir más cercanos. Fue muy
cuidadoso conmigo aunque ahora estoy bien adolorida. Me encomendé a él y estoy
segura que me va a alivianar bastante mis molestias.
Lo más divertido de hoy fue entrar a esta bella casa
antigua de barrio, blanca, a la que en algún momento de la vida perteneció a
los abuelos de mi amiga Pepa. Recuerdo muy bien la, en ese entonces para mí,
enorme escalera hacia el segundo piso. La cocina donde la abuelita de la Pepa
nos daba té con leche condensada.
Ahora en esa misma casa donde yo jugué tantas veces ahora
se encuentra parte de mi recuperación física… y me trae unos recuerdos
preciosos ir para allá.
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