Por Naomí
| Imagen Archivo personal
Un mes
antes de enterarme que tenía cáncer me propuse junto a G a agrandar nuestra
familia. Dejé de tomar mis pastillas anticonceptivas, fui al ginecólogo, comencé a tomar ácido fólico y a preparar mi
cuerpo para esta nueva aventura: “mi maternidad”… Cuando me enteré que estaba
enferma todo se derrumbo, en ese entonces tenía 33 años…
En un
estado de shock, de sonambulismo, de total estrés tuve que ser fuerte y pedir
que no comenzaran el tratamiento sin antes atender a mi necesidad de ser madre
y proteger mis ovarios ante el veneno que invadiría mi cuerpo… Llego el
departamento de ética de la clínica, protocolo a seguir. Los tuve que convencer
de que entendía TODO lo que me estaba pasando pero que de manera imperiosa
necesitaba que respetaran mis ovarios. Finalmente me metieron a pabellón y
extrajeron mi ovario derecho, quien actualmente se encuentra en el laboratorio
de crío esperando ser fecundado en algún momento de mi vida bajo una nueva
técnica de nivel mundial. Soy la primera mujer en la clínica a quien le han
hecho esta operación en post de los avances de la medicina y a mi desesperación
por ser mamá.
Al año y
fracción de mi total tratamiento con quimioterapia y al ver que mis resultados
han salido todos positivos, actualmente estoy SANA Y SIN CÁNCER, me reuní nuevamente
con mi ginecólogo para ver en qué condiciones quedó mi ovario izquierdo que se
encuentra en mi cuerpo. Y la respuesta fue brutal: ESTA TOTALMENTE ANIQUILADO.
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