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martes, 29 de abril de 2014

Mi sexualidad cuando estuve en tratamiento



















Por Naomí | Imagen www.google.com
Lo único que recuerdo que me dijeron al comenzar mi tratamiento era que la vida sexual activa era sumamente enriquecedora, sanadora y que estaban plenamente a favor de ella… pero en la práctica la cosa se dificulta…
Uno de los temas más importantes y que NUNCA se trata cuando estás enfermo es la sexualidad. Puede ser porque es en lo último que se piensa cuando te dan él notición que estas con cáncer, pero una vez encaminado el tratamiento la vida se “normaliza”. La vida y en la forma que se desarrolló mi enfermedad en ese período de tiempo hicieron que me separara de mi pareja por lo que mi vida sexual de ser prácticamente cero termino en una nulidad absoluta.
Personalmente no disfrute de mi vida sexual ya que tuve demasiados coletazos productos de las quimioterapias y entre ellos la sequedad vaginal y la mucositis me impidieron tener cualquier tipo de placer.
Tuve la suerte de tener a mi ginecólogo siempre a mi lado quien me facilito muchas soluciones para los problemas que iba enfrentando a nivel sexual además de poder conversar con él cómodamente y sin tabúes. 
Personalmente les recomiendo regalonear con la pareja, tocarse y descubrir nuevas zonas erógenas que quizás antes desconocían… hay muchas maneras de dar y recibir placer sin una penetración. Conversar con la pareja y ser compañeros es sumamente importante y enriquecedor. Cuando uno ama las maneras de expresión son múltiples y lo más entretenido es ir descubriendo cosas nuevas con tu pareja.
Tómalo como una experiencia distinta y que por lo demás te puede llevar a momentos que nunca antes te podrías haber imaginado, por ejemplo; puede ser el momento para utilizar pelucas y/o de disfrutar de estar calva, la caída del pelo puede utilizarse a vuestro favor y al de tu pareja también, como jugar a ser Barbie o algo parecido.

La sexualidad en pacientes con cáncer

















Por Naomí | Imagen www.google.com
Las necesidades y sentimientos relacionados con la sexualidad en el enfermo de cáncer no han sido una preocupación habitual en la práctica cotidiana, es un tema poco frecuente en los libros y reportes dedicados al diagnóstico y tratamiento del cáncer. Es aún más inusual encontrarlo en los trabajos dedicados al manejo de los enfermos con cáncer avanzado. Sin embargo, es una preocupación presente en los pacientes o un desafío para los profesionales que atienden a estos enfermos, al tratarse de un tema íntimo, de delicado manejo, pero real y vigente, que requiere de determinadas habilidades de exploración y tratamiento.
Son numerosos los factores relacionados con el cáncer que pueden interferir con la vida sexual del paciente y de su pareja. Síntomas y consecuencias de la enfermedad, como la anemia y la anorexia, pueden provocar debilidad y dificultar la actividad sexual. Otras veces los tratamientos utilizados (drogas, radioterapia, intervenciones quirúrgicas) pueden producir efectos similares y hasta limitar considerablemente las relaciones sexuales. Sin duda, los factores de orden psicológico (creencias, impacto emocional de la enfermedad, motivaciones y afrontamientos) tienen gran importancia en la aparición de dificultades de orden sexual. La aparición de la enfermedad es un acontecimiento que puede generar temores, angustias y expectativas que empiezan a deteriorar la personalidad, con la reducción consecuente de las necesidades, motivos e ilusiones de la persona que la sufre. Ciertas secuelas quirúrgicas pueden producir trastornos de la imagen corporal, sentimientos de desagrado hacia sí mismo y hacia la pareja. Pero la sexualidad sigue siendo una necesidad de esa persona enferma, aún en estados terminales y aunque disminuya el interés por el coito, se mantiene presente el deseo de proximidad y contacto físico, que puede adoptar diversas modalidades de presentación.
Para enfocar los problemas sexuales en pacientes con cáncer se recurre comúnmente al ciclo de la respuesta sexual humana, que consta de 4 fases: deseo, excitación, orgasmo y resolución. Cada una de estas fases está caracterizada por la experiencia subjetiva, eventos objetivos que pueden ser medidos y por sistemas fisiológicos que necesitan estar intactos para que estos eventos ocurran. Los tratamientos oncológicos pueden dañar una o más de las fases de la respuesta sexual al afectar emociones, componentes centrales o periféricos del sistema nervioso, el sistema vascular pélvico y el eje hipotálamo-pituitario-gonadal.
El poco deseo sexual es quizás la más compleja de todas las disfunciones sexuales. Las causas físicas en pacientes con cáncer incluyen: depresión del sistema nervioso central debido a dolor generalizado y fatiga, demencia difusa o medicación tranquilizante. Algunos medicamentos antieméticos y opioides elevan los niveles de prolactina y ello disminuye el deseo sexual.
La mayoría de los problemas de erección en pacientes con cáncer tienen una base psicológica. Los conflictos maritales, el sentirse estigmatizado por el cáncer y la ansiedad por la relación sexual, son antecedentes comunes de disfunción eréctil psicógena.
Los problemas de excitación sexual en la mujer tienen mayor relación con otros trastornos. La falta de excitación sexual subjetiva y de placer está a veces ligada a problemas físicos tales como menor expansión vaginal y capacidad reducida de lubricación de la vagina. Las 2 mayores causas fisiológicas de problemas de excitación en las mujeres con cáncer son: menopausia prematura e irradiación pélvica. Algunos tratamientos llevan a la menopausia prematura, entre ellos la radioterapia y la quimioterapia. Constituye un factor pronóstico importante la edad de la mujer; las más jóvenes generalmente resisten dosis más altas de radioterapia o de citostáticos sin que se afecte la función ovárica. El grado de daño ovárico depende, además, de las drogas específicas usadas, así como de la dosis.